Enfrentarse a un diagnóstico positivo de Covid-19 puede afectar a nivel psicológico tanto al niño o niña como a sus padres/madres o hermanxs, por ello, para intentar minimizar estos efectos, os recomendamos seguir las siguientes pautas o ayudar a vuestrxs hijxs a seguirlas:
- Controlar los pensamientos irracionales: es habitual que este tipo de pensamientos negativos, que nos provocan malestar, aparezcan en situaciones estresantes, por ello es importante detectarlos y corregirlos. Para ello podemos utilizar dos técnicas:
- Parada de pensamiento: cuando lo detectes emplea la palabra “stop” y sustitúyelo por otro más reconfortante (por ejemplo, en vez de pensar “no lo voy a superar”, céntrate en “voy a seguir las prescripciones médicas”).
- Racionalización: utiliza el pensamiento analítico para saber qué parte de lo que piensas es verdad y cuál no (por ejemplo, “por qué voy a ser yo más débil que los demás”).
- Afrontar las emociones negativas. Puedes utilizar técnicas como:
- La respiración controlada, de forma consciente: inhala lentamente contando hasta 10; retén el aire durante 10 segundos y exhala contando de nuevo hasta 10.
- Meditación: inicia la respiración controlada y, una vez estés relajado, evoca imágenes placenteras y tranquilizadoras (por ejemplo, visualiza una playa donde se oiga el rumor de las olas).
- Uso de actividades placenteras personales: se trata de ocuparte en cosas que puedan resultarte satisfactorias y te distancien de la situación (por ejemplo, leer, jugar a un videojuego).
- Combatir el insomnio: el diagnóstico positivo puede provocarnos un insomnio temporal. La calidad del sueño y la recuperación de nuestro organismo a través del mismo es crucial para el afrontamiento de la enfermedad, pues contribuye a nuestra estabilidad emocional y preserva nuestras capacidades de razonamiento. Algunas técnicas que puedes emplear son:
- Relajación muscular.
- Higiene del sueño: seguir unos horarios regulares de descanso, evitar largas siestas, no consumir sustancias activadoras, como cafeína o azúcar, mantener unas condiciones ambientales adecuadas en la habitación.
4. Buscar apoyo social: aunque se debe permanecer en estricto aislamiento físico por el riesgo de contagio a las demás personas, no debemos aislarnos psicológicamente del resto del mundo. El apoyo social es fundamental para el afrontamiento de la enfermedad, tanto a nivel emocional (compartir sentimientos, pensamientos y experiencias), como a nivel de información (consejos y guía sobre la enfermedad). Para ello, realiza llamadas o videollamadas con familiares, amigxs...
5. Exteriorizar la experiencia: compartir tu experiencia con los demás puede ayudarte a sentirte mejor contigo mismx y a obtener ayuda en un momento de necesidad. Puedes utilizar las redes sociales, escribir un diario personal, dibujar, etc.
6. Uso positivo de tus experiencias pasadas: puedes hacer acopio de tus experiencias pasadas con enfermedades para poder lograr un mejor afrontamiento de la situación actual. Busca de forma consciente las veces que hiciste frente de manera exitosa y adaptativamente a una dolencia cuyos síntomas pueden compararse a los que sufres ahora o pregunta a tus familiares y amigxs.
7. Uso de la información: mantenerte informado de forma constante puede ser de gran ayuda, pero hay que tener cuidado con el exceso de información, pues esto puede elevar tus niveles de ansiedad y sentimientos de malestar. Consulta fuentes fiables, como el Ministerio de Sanidad, prensa de calidad, la OMS (Organización Mundial de la Salud) y evita la sobreinformación.
8. Mantente ocupadx: si te encuentras bien físicamente, intenta mantenerte ocupadx. Haz lo que más te gusta, cualquier cosa que por las circunstancias rutinarias nunca tienes tiempo de hacer; ahora es una oportunidad para dedicarte a ello.
9. Gestión de las expectativas sobre la enfermedad y la recuperación: mantener una actitud positiva y esperanzadora es fundamental para establecer un buen afrontamiento de la enfermedad, pero para ello, has de cuidarte. De igual importancia es el hecho de no mantener expectativas irrealistas (por ejemplo, “voy a curarme en dos días”, “no me curaré nunca”).
10. Optimismo y resiliencia: mantener una actitud positiva hacia la enfermedad puede favorecer la pronta recuperación. De igual forma, el hecho de padecer coronavirus no tiene por qué convertirse en una experiencia traumática que te marque de por vida, ya que puede ser una oportunidad para crecerte ante la adversidad.
11. Seguimiento de las prescripciones médicas: para superar la enfermedad es necesario que cumplamos con las indicaciones de los especialistas.
12. Búsqueda de asesoramiento profesional: siempre puedes buscar consejo profesional. Comienza por pedir asesoramiento al Departamento de Orientación de tu centro y si no fuera suficiente, un psicólogo/a puede ser de gran ayuda.